lunes, 25 de octubre de 2010

(Cap 1O)


Narra Belén.

La realidad durante la primer semana de tortura con el profesor “Hassio” por que ahora además de soportarlo debíamos dirigirnos a el por su apellido, había sido bastante tediosa, era totalmente insoportable, una mierda en todo su esplendor y yo había sido tomado de punto, eso se sentía muchísimo peor aun.
Estaba a punto de salir, restaban casi 10 minutos de clase, al fin me libraría de otra de sus pesadas horas, donde nos hacia componer sin parar, me tenía idiota de ver tantas blancas, corcheas, semicorcheas y bla bla bla.
- Señorita Frazioni – me llamó apartándome de los demás mientras ellos seguían concentrados en sus respectivos trabajos, el único que me observaba mientras iba al escritorio del “nuevo profesor” ,era Tom, para mi sorpresa.
- ¿Qué quiere profesor? – le pregunté de mala gana, creo que ya le había quedado claro que no me agradaba, y al parecer era mutuo.
- Necesito que se quede después de clases – creo que fingió que revisaba unos papeles para que su “pedido” no se oyera tan mal.
- No puedo – le respondí rápidamente.
- No creo que te interese una amonestación o porque no, una falta ¿no? – preguntó con su clásica risita creida e irónica.
- Por supuesto que no, pero no por eso va a obligarme – alcé una ceja algo molesta.
- Tengo que hablar contigo de algo – volvió a mirarme de nuevo, pero esta vez sonrió verdaderamente divertido y simpático – No te llevará mucho tiempo – volvió a su seriedad luego.
- Idiota – susurré y el bufó - De acuerdo – le dije por ultimo y volví a mi lugar, no se que diablos tramaba. Tom me dirigió una última mirada y me guiñó un ojo, como si intentara tranquilizarme.
Los pocos minutos restantes de la clase pasaron “volando”. Mis compañeros se fueron, saludé a Marie, comenzaba a hacerme amiga suya y nos llevábamos bastante bien, al menos ella sabia al igual que yo la clase de chico que era Tom.
Me quedé como había solicitado el profesor y luego de guardar mis cosas me acerqué al escritorio.
- Bueno – dije a modo de ¿distracción?, así me hablaba de una vez y podía irme a la mierda de allí. Él levantó la mirada y al encontrarse con la mía sonrió, me gustaba aquello, me resultaba “tierno”
- Se que las cosas en este ámbito, no comenzaron bien entre nosotros – dijo en vos baja, acercando un poco su rostro al mío sin mirarme de nuevo.
- Pffs, ¡Qué novedad! – solté una risa algo falsa mientras me alejaba un poco de él.
- Vale – acercó su mano a la mía sobre la mesa, ¿Acaso quería seducirme? – Me gustaría que en el tiempo que tengas libre, salgamos a tomar algo si quieres – lo ultimo lo soltó algo avergonzado y me estremecí.
- ¿Y si no quiero ir?, simplemente me pone otra falta y listo, ¿no? – alcé una ceja y le contesté de mala manera, conmigo no se iba a meter más este.
- Belén – me miró fijamente, llamándome por primera vez con mi nombre y diciéndolo de manera suave y no tan duramente como hacia con mi apellido – solo quiero solucionar las cosas – negó varias veces con la cabeza en señal de que no quería que siguiera pensando así.
- Por mi, da igual – continué mi “discurso” cortante, le trasmitiría las palabras justas – Usted comenzó esto, y además no se que le ve de importante a que las cosas se solucionen.
- Me interesas, eso es lo “importante” – remarcó las comillas, tratando de no demostrar el mismo interés que tenían las palabras antes dichas.
- Já – bufé mientras me acomodaba el bolso sobre uno de mis hombros y salía de allí, ¿Cómo diablos le podía interesar si me conocía hace días, y además, era el profesor? Un profesor que estaba muy bueno, pero el profesor al fin.
- Saliste! – exclamó Tom con una sonrisita en sus labios, poniéndose frente a mi.
- No!, si lo que estas viendo es un holograma, idiota – le saqué la lengua a modo de broma y sonreí, ¿Desde cuando me sentía tan cómoda con alguien?.
- Que holograma más real y sexy – se acercó dando un paso más hacia mi y tomó mi cintura, ya no había nadie en el hall de entrada de allí. Comenzó a mover su piercing lentamente, propinándole los impulsos con su lengua, ¡Díos!.
- Créeme que no tanto como vos – le susurré al oído, ¿Qué mierda hacia?, yo no era tan lanzada, jamás se me hubiera ocurrido hacer eso, pero en el momento creo que lo hacia sin siquiera pensármelo.
- Uhm, tengo mis dudas ahora – rozó suavemente sus labios tibios en la comisura de los míos.
- No dudes tanto – reí y acaricié su mejilla pero más bien lo hice para que corriera un poco su rostro del mío, sentía que nos provocábamos mutuamente y eso no era bueno.
- ¿Nos vamos? – me preguntó deshaciendo su agarre de mi cintura y tomando mi mano, en ese momento Lucas salió del salón y nos echó una mirada a ambos, bajando la cabeza luego mientras caminaba hacia la salida. ¿Por qué ahora tan confianzuda yo, lo llamaba Lucas? .. suspiré y volví mi vista a Tom.
- Ehmm, si – le respondí en un susurro asintiendo con mi cabeza, al menos así se daría cuenta de lo que dije, no creo que me haya escuchado. Permanecimos tomados de la mano mientras nos acercamos hacia la puerta y salimos de allí.
Subí a su auto, y cerré mi puerta, su perfume se sentía allí dentro y eso sumado a lo confortables que eran los asientos, me hacia sentir aun mejor.
No quería tener que llegar a mi casa, no quería que el viaje se pasara rápido, o que este momento tan pequeño pero a la vez tan perfecto, culminara. Miré el movimiento del paisaje mientras el auto aumentaba su velocidad, el día estaba nublado, se veía algo triste, pero acompañada de él, ya no tenia porque sentirme así.

Narra Tom.

Por fin detuve el auto, el ambiente estaba bastante calmado y eso me gustaba, ya era obvio que me había perdonado y la idea de estar con ella hacia aumentar los latidos de mi corazón. Ok, eso había sonado claramente estúpido y humillante, pero así me sentía con ella, con mi Belén. Ahora bien ¿Qué hacer para tener acciones dulces con ella?, es que no puedo. Jamás (pero jamás de los jamases) fui así con alguien pero Belén era una chica diferente a todas con sus cualidades y bien que me pone... ¿Cómo decirlo?, me excita.
Nos encontrábamos en mi auto, la parte trasera, ninguno de los dos habíamos podido resistirnos a esto así que comencé a deleitarme devorando el dulce gusto de su boca mientras acariciaba suavemente su abdomen, aumentando la presión del beso y las caricias a cada minuto.
¡Joder! Era tan suave como la seda, su piel bronceada, sus curvas, sus labios y los míos no paraban de encontrarse en cortos y húmedos besos.

En mi oído resonaban como una hermosa armonía sus jadeos, mis manos traviesas viajaban por detrás de su espalda para desabrochar aquel maldito broche de su sujetador, ella sintió mis manos frías en aquella piel caliente y no pudo más que arquear la espalda ante el contacto hasta que logré mi primer cometido, y posicione cada una de mis extremidades en sus pechos sujetándolos, sentí como se estremeció al instante, y comencé a moverlos despacio y luego sólo eran mis dedos acariciando sus pezones hasta como respuesta estaban endurecidos, lo mismo sucedió cuando mi lengua dio un paseo por allí con un ritmo circulatorio y se endurecieron más aún. Lo sé, me encantaba hacerla sufrir -Ahh Tom - Gimió, esto recién empezaba.
Sus manos se dirigieron automáticamente a mi pantalón para sacarlo del camino dejándome sólo en ropa interior.
Era ella la que llevaba el control en ese momento, estaba sobre mí y se movía ronzando nuestros sexos, claro porque estaba con falda y mi querido amigote estaba tan "feliz" que se puso eréctil como de un salto. Belén pegó un brinco acompañado de un pequeño grito.
- Tranquila, no te asustes de lo que tu causaste-Le dije sonriendo y ella bajó la cabeza avergonzada, la sostuve de la nuca para atraerla hacia a mi y conducir sus labios con los míos.
Y así fundirnos en un beso realmente "único" ya que lo hice muy lento y dulce – Acaricié sus muslos notando como su piel se erizaba, sonreí, llevé una de mis manos para comprobar una cosa. Y sí, primero pasé mis largos dedos por su trasero dando la acción de rosarnos más. Los llevé hasta su sexo y metí delicadamente mi mano para luego de unos minutos allí sacarla mojada, por encima de aquella lencería roja que obstruye que la haga mía.
Tiró su cabeza para atrás cuando la acaricié en esa zona y se balanceó más sobre mi cuerpo ocasionando que gima. Bajó mi bóxer sin aun quitarlo, me acarició despacio el pene, y noté que pese a hacerlo bien y disfrutar aquello, mucha experiencia no tenía en eso, siguió con sus caricias, consiguiendo luego masturbarme, la detuve.
Me encontré luego sobre ella y prosigo a acariciarla una vez que quité su última pieza de ropa, observo sus ojos cerrados y su boca entreabierta.
Comencé a masturbarla, primero con un dedo, luego dos, tres, y Belén gemía mientras yo me concentraba únicamente en penetrar su vagina con aquellos tres dedos dentro de ella...
Pronto llegó al orgasmo, y comencé nuevamente aquella maniobra, su cuerpo empezó a convulsionarse y me detuve solo para dilatarla.
Mi bóxer desapareció y sólo yacía allí entre mis piernas mi gran miembro dilatado y estimulado por aquellas manos suyas. Cuando voy a colocarme entre sus piernas recuerdo antes ponerme el preservativo y una vez puesto noto que Belén se veía algo pálida y tiritaba, casi como temblando. Parecía tener miedo.
- Belén, ¿tu eres virgen?-Le pregunté buscando como respuesta un simple “No” o un “Si”, pero no dijo nada. Apenas había llegado a rozarla, ni siquiera la penetre un poco.-Responde, ¿lo eres o no?- Siguió sin decir nada y desvió su mirada hacia otro lado - No es eso, simplemente estoy razonando y esto que vamos a hacer está mal Tom. ¡Por dios! tienes novia, y yo no soy segunda de nadie.-Me empujó de encima suyo para poder sentarse, recoger su ropa y taparse con ella.
- Jamás dije que eras mi segunda opción, con Alba ni siquiera tenemos algo concreto como un noviazgo. Y creo que con eso, evades mi pregunta – le dije con media sonrisa falsa en los labios.
- Claro ahora eres honesto con las mujeres.-Dijo en tono de reproche mientras yo veía como se colocaba su ropa - ¿Y quieres saber eso?, está bien. Sí Tom Kaulitz soy virgen, ¿algún problema? -
- ¿Te iras?-Le pregunte totalmente serio, claro que no tenia problema en eso. Simplemente que lo evadía y no veía como la gran cosa que ella admitiera que lo era - Claro ahora huyes - Miré como terminó de atar una de sus zapatillas, y bajo del auto. Sin decirme absolutamente nada abrió la puerta del copiloto, tomó su bolso y la cerró para alejarse velozmente de mi auto ... Genial!, nótese la ironía en la palabra.

martes, 19 de octubre de 2010

(Cap 9)


Narra Belén.



¿Cómo debía hacer para sacarme al menos su voz de mi cabeza? O .. Empezando por el principio, ¿Por qué razón no podía hacer eso?.. ¿Por qué no podía ignorarlo y al menos tratar de fingir que entre nosotros nada había pasado y que ni siquiera nos conocíamos? Era muy poco el tiempo que llevábamos de “conocernos” y ya sentía todas estas cosas .. Extrañas por él.

Tomé un último trago de jugo de la pequeña botella y la metí en mi bolso algo apresurada, mientras me ponía de pie y descendía del respectivo transporte publico. Entré al conservatorio al mismo tiempo que una de mis compañeras, creo que su nombre era Marie o algo por el estilo, no parecía de aquellas chicas que socializaban demasiado, puesto que ella tampoco hablaba con nadie del lugar, eso me resultaba agradable, no me hacia sentir la única rara y antisocial. Nuestras miradas se encontraron por un momento y una vez dentro del salón y cuando yo ya me había sentado en mi respectivo lugar ella me saludó con una sonrisa a la vez que se acercaba a mi, definitivamente al hacer aquello, esa chica no era para nada antisocial ni mucho menos.

- ¿Cómo es tu nombre? – Me preguntó ella sonriéndome simpáticamente, yo solo sonreí a medias para parecer educada y miré por un momento la puerta, los chicos que entraban y salian.

- Belén – le dije simplemente –

- Encantada, soy Marie – siguió ella mientras me tendía su mano a modo de saludo, no era tan malo socializar con otros después de todo, pero como las cosas habían salido mal con Tom .. ya no quería arriesgarme a que suceda cualquier otro tipo de cosa con alguien más.

- Igualmente - le respondí yo .. un poco menos incomoda.

- Marie .. veo que no perdés el tiempo eh – estaba por hablarle, pero la llegada del único idiota que podía arruinar cualquier momento en el que estuviera yo .. fue inminente. Era Tom, él miraba a Marie con aire de superioridad y algo molesto, y para ser sinceros ella no se quedaba atrás. A mi solo me guiño un ojo y yo hiperventilé lo más disimuladamente que pude.

- ¿A que te referis con eso? – le preguntó ella entre confundida y molesta, lo estaba mirando bastante feo en mi opinión.

- Nada, nada, solo que .. Baaag, no importa – le guiño un ojo y a mi me sonrió engreídamente rozando suavemente con su mano uno de mis hombros y con un simple .. nos vemos luego, se fue unos lugares más alejados a los nuestros.

- ¿Se conocen? – le pregunté por lo bajo a Marie una vez que no vi rastros del imbécil de Tom cerca nuestro.

- Para mi desgracia .. si – admitió ella casi entre dientes debo decir, no era de su agrado tener que conocerlo ¿Acaso habrá tenido algo con él? – Es, el novio de mi mejor amiga – soltó ella remarcando el termino novio.

Iba a preguntarle algo más pero preferí no “interrogarla” y ver como todos los alumnos que quedaban afuera, entraban seguidos de “El nuevo profesor”, sinceramente de no ser porque Marie me había dicho que fue ella quien lo había recomendado en reemplazo de la anterior profesora no me habría enterado. Era de tez blanca, pelo negro y vestía un jean y una remera que lo hacían ver sumamente sexy.

- Buenos Días alumnos – en cuanto dijo eso, creo que fue muy obvio el suspiro que se escuchó proveniente del resto de mi compañeras, Marie y yo nos miramos intentando no reírnos pero nos fue algo imposible y soltamos una sonora carcajada.

- Disculpen, ¿Qué es lo gracioso? – se dirigió a nosotras en tono despectivo mientras se acercaba un poco más. Marie lo miró y se volvió a reír pero esta vez, “disimuladamente”.

- Nada – respondí ya más seria y a la vez un poco avergonzada.

- ¿Cómo son sus apellidos? – nos preguntó alardeando su nuevo cargo de profesor, superior al nuestro.

- Frassa – Dijo Marie casi automáticamente luego de su pregunta – Frazioni – me limité a decirle yo.

- Perfecto, tienen una falta en la clase del día de hoy, muy buen comienzo conmigo chicas – dijo irónicamente sonriéndonos y ambas lo miramos, molestas.

- Pero Lucas, no podes .. – Marie iba a continuar pero el mismo y su soberbia se encargaron de interrumpirla.

- Claro que puedo – le respondió volviendo a mirar luego al resto de la clase, era lindo pero también debíamos considerar que era un tremendo hijo de puta y además debía de saber que con tres faltas a su clase nos quedábamos libres. No le discutí nada más y seguimos escuchándolo – Bueno alumnos, luego de este pequeño inconveniente – Nos miró de reojo, definitivamente ya me estaba cayendo bastante mal para ser su primer día – Me gustaría presentarme – mantenía el ritmo de su caminata enfrente nuestro, pausada, como para analizar la expresión de cada uno de sus “oyentes”, ahora este tipo más bien me daba algo de miedo, pero no definía el porque – Mi nombre es Lucas Hassio y soy su nuevo profesor de música - ¿Este forro?, casi me da algo al escuchar decir lo ultimo, ¿Tendría que soportar a este pesado por el transcurso del año? Eso si, si es que no decidía completar las correspondientes faltas que necesitaba para dejarme libre, me daba algo de rabia eso, ni siquiera parecía superarnos mucho en edad a los que estábamos allí y se hacia el “malito”.

Les dejo más suspenso MUAJAJAJAJAJAJA (?) naaa, me habia gustado el cap y todo, pero creo que los proximos se van a ir poniendo interezantes de a poco, por ahora .. centremonos en el new character (?) :Q__________ ♥
ESPERO COMENTARIOS .. GRACIAS POR COMENTAR, LEER Y SEGUIR :)

domingo, 10 de octubre de 2010

(Cap 8)


Narra Tom



- Mierda – exclamé fregándome los ojos, estaba algo cansado y apenas apoyé mi cabeza en la almohada me quede dormido y para mi bendita “suerte” desperté apenas faltando 8 minutos para que empezara la clase.

Me levanté de la cama algo grogui aún y me tiré una buena parte de agua de la canilla en la cara intentando despabilarme, pensé en ducharme pero ya no tenia demasiado tiempo así que me cambié de remera y salí lo más rápido que pude luego de tomar mi mochila.

No tenia demasiadas ganas de volver a allí después de lo que había pasado y menos cuando sabia que no tenia modos de justificarme, aunque en mi mente había un par de buenas excusas, algo en mi no se sentía bien mintiéndole a ella.

No me demoré en llegar y afortunadamente el asiento que estaba a su lado se encontraba libre, una parte de mi se alegro y sonriendo satisfactoriamente me senté allí.

- Hola – susurré mientras sacaba mi cuaderno y mi bolígrafo, la profesora aun no entraba al salón y eso me daba tiempo para intentar arreglar las cosas. Esperé su respuesta y no llegó. Me encogí de hombros y me molesté un poco aunque debía entender que su comportamiento tenía muy buenos fundamentos.

- Hola – dijo al fin distrayéndome de todo lo demás, me giré apenas para mirarla y sonreírle.

- Emm, esto, siento mucho lo que pasó .. ya sabes ehm .. – no seguí hablado, diablos! Me temblaba la mandíbula al dirigirle la palabra, me sentía un completo idiota delante de ella, vulnerable.

- Claro – me dijo ella de modo sarcástico, como ignorando todo lo que le había dicho antes, me ponía nervioso que hiciera eso.

- De verdad, se que fui un completo idiota – seguí rebajándome a mi mismo, ¿que seguía? ¿Decirle que me moría por hacerla mía, que no quería pelear con ella, y que comenzaba a gustarme?, eso seria algo que definitivamente no diría.

- No me cabe la menor duda – me miró y sonrió enojada, yo simplemente tragué saliva mientras formulaba una oración al descoordinada en mi mente.

- Lo siento mucho Belu – tomé su rostro con una de mis manos haciendo que me mirara, no podía seguir comportándose de esa forma conmigo, no después de esto. La besé en la comisura de los labios, fue un beso suave, casi un roce.

- Que me beses de esa forma tan .. arght – no pudo seguir su oración y fingió enojo – no va a ser que cambien las cosas Thomas – terminó de hablar aun “molesta”

- No me digas Thomas, mi nombre es Tom – le dije en un susurro acomodándome en la silla a modo de quedar mal sentado y muy cerca de ella.

- Como quieras, Thomas – volvió a llamarme así.

- No me provoques – le advertí, si bien lo que pensaba hacerle no era nada malo, era mejor que ella estuviera prevenida. La vieja loca que teníamos de profesora no había llegado y algunos comenzaban a impacientarse y caminaban de adentro hacia afuera del salón.

- No te tengo miedo – puso los ojos en blanco y se corrió el pelo dejándome su cuello al descubierto, ¡Genial! – pensé

- Será mejor que temas – me acerqué a su oído lamiendo su lóbulo y haciéndola soltar un suspiro, antes de correrme, pude besarle el cuello suavemente.

- ¿En donde mierda te pensas que estamos? – me observó abriendo los ojos como platos y con un claro gesto de que estaba loco, y si, lo estaba.

- En un salón de clases y eso .. ¿que tiene? – le pregunté sin importarme en lo absoluto donde estábamos.

- ¿Cómo que qué tiene?, no vuelvas a hacer eso – me fulminó con la mirada y se alejó un poco de mi, me encantaba eso.

- Señorita Belén .. ya estoy perdonado ¿no? – le dije cambiando de tema mientras me levantaba de la silla, en ese momento entró el director pidiendo silencio y que volviéramos a nuestros respectivos lugares.

- Estimados alumnos – ¿tanta formalidad era necesaria? – les informo que la profesora de música no pudo acercarse hasta la institución para dar su respectiva clase, por lo tanto pueden retirar – en ese momento todos se levantaron, incluyéndome. Belén intentó ser más rápida que yo y escabullirse para no responderme, pero la alcancé y la tomé del brazo.

- ¿Y ahora que queres? – me dijo de mala manera, se veía tan sexy en actitud de molesta.

- ¿Vas a responderme? – le sonreí pícaramente sin dejar de mirarla de arriba abajo.

- Ahh eso, aún no lo sé – me dijo simplemente deshaciendo mi agarre y yéndose del lugar contoneando su cuerpo, ¡Dios! Como me ponía.

- ¡Amor! – oí la voz de Alba detrás mío dirigiéndose claramente a mi persona.

- ¿Como estas? – me giré para recibir su abrazo y a la vez agradecer internamente que Belu se haya ido. Noté que había una chica al lado de Alba, nos miraba significativamente a ambos mientras estábamos abrazados.

- Y ella quien es? – le pregunté mientras miraba a la otra chica haciendo una mueca de confusión.

- Ella es Marie, mi mejor amiga – la chica sonrió a medias algo incomoda y ¿molesta? Por mi mirada tan minuciosa sobre ella – Marie el es Tom, mi .. novio – le indicó a ella en un susurro, la expresión de ambas pareció quebrarse por un momento, como si quisieran quitarme del medio, tal vez solo era una loca idea mía.

- Encantado – le tendí mi mano a modo de un saludo más formal y me acerqué a ella para besar su mejilla, al parecer ya estaba un poco más cómoda - ¿Y .. que hacen aquí? – les pregunté.

- Es que Marie estudia aquí y quise acompañarla – me dijo Alba.

- Oh que bien - les dije de manera falsa, de seguro no lo notaron por lo que agregué una pequeña sonrisa.

- Pero por lo que veo se están yendo todos ¿no? – ¿No es obvio estúpida?, se supone que si la gente esta saliendo, es porque, se están yendo.

- Ehm, si, lo que sucede es que la profesora no vino – le dije.

- Bueno, supongo que entonces me voy chicos, los dejo solos – dijo viéndome mal, ¿qué le pasaba a esta?

- Vale Marie, nos vemos luego – le dijo Alba saludándola con un beso en la mejilla, parecía querer irse con ella, mierda, ¿no me digas que estas celoso de eso Tom? Idiota – me dije.

- Adiós – le dije yo una vez que se estaba yendo volví mi mirada hacia Alba con una sonrisa picara – ¿Que quieres hacer? – le pregunté mientras movía mi piercing.

- Lo que vos quieras – se acercó a mi y tomando mi remera para acercar mi rostro al suyo me beso.

- Te parece si vamos a mi casa, Bill no llega hasta más tarde y estamos solos – le guiñé un ojo y me acerqué a su oído respirando cerca de él, sabia que eso le gustaba a cualquier chica.

- Me encanta la idea – Tomó mi mano mientras nos dirigíamos hacia mi auto. Nos subimos en el y pasadas unas cuantas caricias algo subidas de tono llegamos.

Seguimos tomados de la mano y en cuanto ingresamos comenzó a besarme más apasionadamente que otras veces, no me sorprendí por eso en aquel momento y dejé mi mano cerca de su cintura para no despagarla de mí, nuestros cuerpos a esa cercanía se llevaban demasiado bien. Intensifiqué el agarré de su cintura y mientras comenzaba a bajar por su cuello con mi boca, ella enredaba sus piernas en mi torso al mismo tiempo que la recostaba sobre lo primero que encontré en mi camino, el sillón del living.

Besé por consiguiente su cuello, al mismo tiempo que mi propia lengua se encargaba de hacer aquellos besos, tibios y húmedos. Le saqué rápidamente la remera mientras ella con sus manos hacia lo mismo con la mia, ambos estábamos comenzando a entrar el calor y eso no era malo por el momento, solo que luego, se haría imposible parar. Jugué un momento con unos suaves mordiscos por el contorno de su ropa interior hasta que desabroché su corpiño haciéndolo caer al suelo rápidamente. Me dediqué a acariciar besar y lamer ambos pechos desnudos haciéndola gemir de placer ante el contacto.

Sus manos comenzaron a acariciar mi zona baja por sobre el pantalón haciéndome soltar unos cuantos suspiros, luego las llevo hacia el cierre bajándolo por completo y quitándome el pantalón de una vez. Mientras la besaba, no me sentía completamente seguro de lo que hacia, nunca me había sentido así y me molestaba sentir aquello, pensaba en Belén, en que estaba con ella y no con Alba. Moví la cabeza intentando despejarme de aquellas ideas pero tuve que separarme de ella antes de que comenzara a tocar mi miembro.

- ¿Que sucede? – me preguntó ella con la voz algo entrecortada mientras se recostaba en mi pecho.

- Nada – mentí, soné bastante creíble, de no haber sido porque estaba a punto de terminar de tener sexo con ella y me separé automáticamente sin que nada hubiese sucedido.

- Tom, no soy idiota – No, no lo sos, yo lo soy - me dije a mi mismo en mi mente.

- Solo, estoy muy cansado – le respondí y bostecé mientras la abrazaba contra mi pecho y le acariciaba el pelo, deseaba tenerla así a ella.

martes, 5 de octubre de 2010

(Cap 7)


Narra Belén



¡Perfecto!, Genial!, Simplemente FANTÁSTICO, me había humillado a mi misma cayendo en las redes de un asqueroso idiota como él.

Ni siquiera me explicaba como era que el se había fijado en mi y ahora sabia que la respuesta había pasado frente a mis ojos, mostrándome la cruda y horrible realidad. No importaba cuales fuesen sus disculpas, arrepentimiento o explicaciones, me negaría rotundamente a escucharlo y además meditaba interiormente muy seriamente la idea de cambiarme de clase, para no tener que ver nada más con el.

Se me hacia un nudo en el pecho de solo pensarlo y por una extraña razón tenia ganas de llorar o mucho mejor aún, de sacarlo de mi cabeza y aun así no podía.

- Julia, necesito hablar contigo – fue lo primero que pude decirle apenas ella levantó su teléfono.

- Es por lo de anoche ¿verdad? – si sabia que era por eso, ¿Por qué se molestaba en preguntarme y ponerme aun peor? , susurré algo parecido a un si como respuesta, pero ni siquiera se entendía lo que decía, ¿Por qué me importaba tanto que las cosas con Tom terminaran así? ¿Qué tal si no era solo por sentirme usada, sino más bien por haber comenzado a enamorarme de él? No, eso era casi imposible, no podía lograr amarlo y menos solo con haberlo conocido hace un par de días, era muy poco tiempo para que algo así pasara – Vale Belu, en un rato voy a tu casa – dijo ella y corté.

Sabia que no iba a estar exclusivamente siempre disponible para mí, era mi mejor amiga pero ella también tenía una vida y definitivamente su vida era mucho menos trágica que la mía, creo que lo de tragedia se lo pegaba yo en todo caso. Tenia el novio perfecto, buenas notas en el colegio, sus padres la consentían en todo, a ella y a su hermano pequeño, a quien sabía que Julia adoraba locamente.

Era domingo, el día de por si era demasiado deprimente, nublado y gris, y hacia un poco de frio. Me preparé una taza de té y me quedé sentada en el sillón envuelta en una frazada mirando una película, la primera que encontré, A los minutos de haber hablado con ella, casi 20 minutos para ser más exactos abrió la puerta de mi casa, gracias a que yo anteriormente le había dado una copia de mis llaves, eso tenia sus ventajas para ella puesto que podía usar mi casa para lo que quisiera en los momentos en los cuales yo no estaba, pero sabia que ella no era así.

- ¿Estás bien? – me preguntó luego de besarme en la mejilla a modo de saludo y sentarse a mi lado, tomando el control de la Tv para colocar uno de esos canales de música y subirle el volumen.

- ¿Cuándo estuve bien? – le pregunté yo en tono cómico pero sin reírme en ningún momento.

- Aay Belu, no seas tan exagerada, odio cuando haces eso – me dijo ella golpeándome suavemente en la cabeza con un almohadón.

- No soy exagerada, sabes que es verdad – la miré seriamente. Ella puso los ojos en blanco e hizo como sino hubiese escuchado lo ultimo que dije, cambiando de tema repentinamente.

- ¿Hablaste con Tom? – soltó la pregunta tan rápido que me fue necesario dar una rápida respuesta también.

- Nooo – le negué rotundamente para que también le sirva por si en el futuro pretendía que lo hiciera.

- Deberías hacerlo, creo que le tendrías que dejar en claro que estuvo muy mal y que no sos su juguete.

- Creo que eso lo debe saber perfectamente, y sino que se lo pregunte a la chica que beso sin pudor delante mío – respondí en tono frio.

- Lo mejor va a ser que le hables, decile eso y listo, te sacas un peso de encima y tal vez hasta te sientas mejor.

- Ni siquiera se si el tiene el valor para hablarme, así que no voy a ir y decirle “Hola Tomy, acá me tenés, explícame porque besaste a esa chica y no a mi”, además no soy nadie para reclamarle nada – admití en tono pensativo.

- Es verdad eso pero, no perdes nada hablando con el aclarando tu situación y haciéndote respetar. Georg me dijo que Tom le calló bien, dice que tiene personalidad.

- JAJAJAJAJA – reí exageradamente - ¿personalidad? Lo que creo que Tom tiene no es precisamente personalidad, más bien tiene una polla que usa por sobre todas las cosas para “pensar”.

- Que asco Belén – me miró con ojos de búho, se veía realmente graciosa.

- Es cierto lo que digo Julia, Tom parece ser la clase de chico a la que le gusta jugar con nosotras como si fuéramos trapos y listo, sin ninguna relación estable, probando entre las opciones que se le presentan, por el simple hecho de sentirse querido solo una noche. Yo no soy de esas, y no pienso convertirme en algo así por mas que el me guste – había dicho tantas cosas que solté lo ultimo sin darme cuenta y noté que lo había dicho porque mi amiga no dejaba de verme raro.

- ¿Te gusta? – preguntó mirándome tontamente con una sonrisa de oreja a oreja en el rostro.

- No – mentí - ¿Cómo me va a gustar el? No. No y no – le miré en tono agrandado y bufé fingiendo que no era cierto lo que había dicho.

- Acabas de decir justo eso Belu, te gusta – repitió mi amiga convencida de lo que decía, la única que no estaba convencida de lo que sentía era yo, ni siquiera estaba segura de que me pasaba con el, y era demasiado pronto sacar conclusiones, pero ya era algo tarde para caer en esas ideas, puesto que había dicho que me gustaba, y el .. besó a otra.

- Bueno – le dije encogiéndome de hombros – si – incliné la cabeza hacia un costado evitando mirarla, ella no pudo contenerse y soltó una risita – No es gracioso – la miré de nuevo un poco molesta y volví mi vista a donde estaba, a cualquier parte menos la mirada de mi amiga.

Verdaderamente comenzaba a creer que Tom me gustaba pero ¿Cómo había sucedido algo así? No quería tenerlo en mi mente constantemente pero así era, no quería quererlo conmigo pero así lo deseaba, un escalofrío recorrió el comienzo y el final de mi columna haciéndome estremecer y quedar nula frente a Julia, ¿El sentiría lo mismo que yo?, puse mi cabeza entre mis manos e intenté dejar de pensarlo.

lunes, 4 de octubre de 2010

(Cap 6)


Narra Tom



Hoy era el gran día, finalmente saldría con ella, fuera de ese conservatorio. Me duché, Elegí mi pantalón, una de mis tantas remeras, zapatillas y esta vez no usaría pañuelo. Me vestí y usé uno de mis perfumes preferidos, no sé porque pero intentaba que hoy todo fuese perfecto.

Tomé las llaves de mi repisa, mi celular y por poco olvido lo más importante, mi guitarra. A los minutos de haber salido de la casa ya me estaba dirigiendo en mi auto a la de Belén. Mi celular comenzó a sonar, “despertándome” un poco de las cosas que planeaba hacer en mi mente.

- Hola amor – Fue lo primero que oí al contestar, ¿Justo ella tenia que llamarme? Y más aún ¿En este momento?

- Hola preciosa, ¿Cómo estás? – respondí desganado. No era que no quería hablar con Alba, solo que no sé, últimamente ambos nos habíamos alejado un poco, más yo que ella, pero las cosas estaban bien de esa manera, o al menos eso creía.

- Muy bien, esta noche nos vemos ¿no? – Soltó una risita logrando que su pequeña pregunta sonara más a una afirmación y no a una duda. Yo me quedé en silencio un momento, seguramente iba a ir. Maldito Bill – Pensé.

- Ehmm si, creo que si – Le respondí algo incomodo, realmente esta noche no quería verla y menos sabiendo el interés que comenzaba a sentir por Belén.

- ¿Cómo que crees? Hace días que no nos vemos, te olvidaste completamente de mí – reclamó ella en tono triste, hizo que me sintiera mal.

- Discúlpame Alba – dije simplemente, un poco frio en mi opinión, casi nunca usaba ese modo para hablar con ella, ahora lo hacia inconscientemente.

- No importa, de todos modos nos vemos en un rato – susurró lo último y yo solo puse los ojos en blanco para luego concentrarme en el camino nuevamente.

- Tengo que colgar – dije rápidamente, repito, jamás era así con ella.

- Vale – me respondió y colgó ella luego de decirme que me amaba.

De acuerdo y mi pregunta era, ¿yo a quien mierda amaba? Definitivamente el amor hacia otra persona que no fuese mi hermano o mi madre o alguno de mis amigos, no existía para mi, las relaciones de ese tipo me hacían sentir atado a alguien y además de eso, siempre se termina sufriendo por esa mierda llamada amor, así que... ¿Qué hacia yo pensando en algo así? ¿Acaso pensaba en la posibilidad de ..? – Stop Tom, me dije a mi mismo en ese momento, ya me estaba imaginando cualquier cosa, definitivamente enamorarme era algo que nunca iba a sucederme, así que no tenia de que preocuparme y menos a mis 18 años, con mi belleza y con las linduras que había por ahí. Pero de nuevo ahí, en mi mente, estaba Belén, su carita dulce y expresión triste se aparecía frente a mí por momento acelerando mi corazón y asustándome a veces, puesto que no sabía porque me estaba pasando aquello.

Aparqué mi auto en la puerta de su casa, hice sonar la bocina un par de veces y abrí la puerta del auto para que ella subiera. En cuanto la vi literalmente me quedé sin aliento, eso no era algo que me pasaba todos los días, y si me llegaba a pasar, como se estaba dando en ese momento, pensaría que estaba enfermo o algo así.

Me relamí los labios y comencé a jugar con mi piercing un poco nervioso antes de saludarla, cuando eso pasó solo le sonreí y me acerqué a darle un pequeño beso en la comisura de los labios, sabia que eso le encantaba a cualquier chica, por un momento Belén me miró espantada pero luego cambió la cara y simplemente se concentró en el camino. Eso me daba a entender que ella, al igual que yo, quería algo conmigo.

- ¿Cómo estás? – me preguntó ella en un susurro sonando totalmente tierna, yo simplemente sonreí al escucharla.

- Muy bien, ahora que te veo – puse mi mejor tono seductor ante ella, como adoraba hacer aquello, también porque sabía que seguramente a ella le gustaba. Rocé levemente con la palma de mi mano su rodilla, al principio parecía asustada, luego tomó mi mano y la corrió de allí, yo reí.

- Me alegro – Dijo entre dientes algo incómoda – Creo que eso es darte demasiada confianza ¿no te parece? – giró su rostro un momento para mirarme y luego siguió con su vista en la ventanilla.

- Pero, no parecías demasiado desconfiada cuando me besaste, ayer – le recordé mientras comenzaba a jugar nuevamente con mi piercing, estábamos muy cerca de llegar. Pensé que me respondería pero solo se quedó en silencio, tal vez sin saber que decirme – Ya llegamos – le informé mientras me desabrochaba el cinturón de seguridad y bajaba del vehículo desde mi lado para abrir su puerta y que ella hiciera lo mismo, ni yo me creía tan caballero como lo estaba siendo en ese momento.

Entramos al lugar, bastante lleno de gente por cierto y lo primero que hice fue acercarme a ella y avisarle en un susurro que debía ir a buscar a mi hermano, pronto llegué donde estaba Bill y me miró algo molesto.

- ¡Al fin llegas! – exclamó con cierto tono de enojo y algo exagerado desde mi punto de vista.

- ¿Cuál es el problema hermano? – le pregunté tranquilamente, eso lo ponía más nervioso pero me daba igual.

- ¿Cómo que cuál es el problema? Vamos a tocar en 15 minutos y tienes que hacer la prueba de sonido frente a todos para que las cosas salgan bien y ni siquiera te permutas cuando te hablo – elevó el tono de su voz, haciendo que varios de los que estaban allí cerca nuestro se voltearan a vernos.

- ¿Podrías .. bajar el volumen? – le pedí amablemente acercándome un poco hacia donde el se encontraba y quitando la guitarra de su respectiva funda. El sólo me miró molesto y bufó.

- Chicos, en 10 minutos salen – Andreas se acercó a mi y apoyo su mano en mi hombro a modo de saludo y me tendió su mano sonriendo.

- ¿Hay chicas lindas no? – levanté las cejas varias veces y relamí mis labios esperando la respuesta de Andy con una sonrisa pícara mientras conectaba la guitarra a uno de los amplificadores.

- Siempre pensando en mujeres – soltó mi hermano despectivamente sin levantar su vista del papel que estaba leyendo.

- Vos tendrías que hacer lo mismo Bill, no entiendo como no te cansas de estar con solo una - lo miré confundido y volví mi vista a lo que estaba haciendo.

- Cállate Tom – fue lo ultimo que me dijo antes de subir al escenario, sabia que las cosas podían salir mal y más con Bill estando molesto conmigo.

Tocamos un par de temas, me concentré en buscar con la mirada a Belén y a la vez seguir a Bill con la guitarra y no olvidar las notas, las canciones no tenían demasiados ensayos pero logramos que aún así fueran tocadas sin problemas.

- ¡Fue Genial! – le dije a Bill una vez que nos fuimos del escenario.

- Si ¿no? .. pero para la próxima debe salir perfecto – me dijo y así como había hablado, sin decir nada se fue de allí, seguramente con su novia. Odiaba que se molestara tanto conmigo y se comportara tan idiota y cursi por depender de una chica y estar “enamorado”, que suerte que el Kaulitz fallado era el, no quería terminar siendo como Bill.

Guardé mi guitarra en su lugar y me dispuse a llevarla a mi auto para dejarla allí, no quería tener problemas luego olvidándola allí y eso, así que en cuanto salí y me crucé con Belén la tomé de la mano e hice que viniera conmigo.

- Felicitaciones, estuviste bastante bien – comentó ella mientras yo abría la puerta de atrás del auto y dejaba la guitarra allí.

- Oh, ¿y eso a que se debe? ¿No era que no te gustaría escucharme? – le pregunté con cierto aire de superioridad y me acerqué a ella mientras le sonreía pícaramente.

- Bueno, supongo que… mi opinión cambió – admitió un poco ¿nerviosa? Si, ella definitivamente lo estaba, era obvio, cómo alguien como yo no iba a intimidar a una chica ¿no?

- Ya veo – moví mi piercing lentamente mientras me apoyaba en el auto y la acercaba a mi lentamente por su cintura, pude notar como se sonrojaba al tenerme así. Le di un pequeño beso en los labios, no quería que las cosas se nos fueran de control y eso era algo realmente más que extraño en mi, me maldije internamente en cuanto volvíamos adentro y mi mente se puso a divagar pensando en las cosas que estarían pasando en ese momento de no haber sido porque solo le di un beso.

Al ingresar al lugar llevé a Belén a la barra junto conmigo, yo comenzaba a tener sed y lo mejor era llevarla a tomar algo. Al caminar por entre medio de toda la gente que estaba en el lugar no vi a Alba pasar por mi lado, ella obviamente si me había visto a mí. Me detuve dejando a Belén delante mío cuando sentí unas manos acariciar mi espalda, me giré y ahí estaba ella.

- ¡Tom! – dijo ella en un gran abrazo y al mismo tiempo se colgó de mi cuello y sin agregar nada más ni perder el tiempo, me beso.

No pude separarme de ella, la tomé por un momento de la cintura y profundicé un poco más aquel beso, aunque hubiera jurado que ese beso ya no me satisfacía como antes. En ese momento solo rogaba porque Belén no se haya girado a ver donde estaba, de seguro lo había hecho y en ese momento reaccioné y me separé de Alba, logrando que ella me mirara absolutamente confundida. Me fui tras Belén sin prestarle atención a Alba, aunque sabía perfectamente que la había re cagado como el mejor. En este momento no me daba la cara para hablarle y mucho menos darle explicaciones o atreverme a pedirle perdón.

Cuando llegué a donde ella estaba, ignoró mi presencia y se fue con otra chica mientras salían del lugar. Mi hermano me paró en seco cuando quise seguirlas a ambas, el estaba con Aly a su lado y dos chicos más, uno algo excedido de peso, que por cierto se veía gracioso y otro de pelo lacio, ambos rubios.

- Tom... ellos son Gustav y Georg – señalo a ambos a modo de presentación - Chicos, el es mi hermano gemelo Tom – les dijo a ellos haciendo que me sonrieran. Mi cara de culo en ese momento asustaba a cualquiera, eso explicaría el porque de que su sonrisa no haya durado más de dos segundos.

- ¿Y ellos quienes son? – lo miré a Bill aun sin entender, tampoco me interesaba demasiado una presentación más extensa de la que habíamos tenido hace unos segundos atrás.

- Ellos, buscan una banda, tocan teclados, pero si queremos pueden ser nuestros baterista y bajista respectivamente.

- Ahh miren ustedes, interesante – respondí algo enojado y en tono sarcástico – si me disculpan – me despedí de ellos dirigiéndome hacia la puerta sin prestarles más atención de la que se merecían conmigo. Oí un ¿siempre es así? Proveniente del chico gordo y rubio, y a él ¿que mierda le importaba como diablos era? Caminé hasta llegar a la puerta y ya no estaba, salí afuera y mucho menos estaba allí. Me maldije internamente y fui a la barra a pedir un vaso de cerveza. Odiaba esto, ¿Por qué la había cagado de esa forma?, me pregunté a mi mismo y apareció ella de nuevo. Rolé los ojos y bebí un trago bastante contundente de mi vaso, ignorándola.