lunes, 4 de octubre de 2010

(Cap 6)


Narra Tom



Hoy era el gran día, finalmente saldría con ella, fuera de ese conservatorio. Me duché, Elegí mi pantalón, una de mis tantas remeras, zapatillas y esta vez no usaría pañuelo. Me vestí y usé uno de mis perfumes preferidos, no sé porque pero intentaba que hoy todo fuese perfecto.

Tomé las llaves de mi repisa, mi celular y por poco olvido lo más importante, mi guitarra. A los minutos de haber salido de la casa ya me estaba dirigiendo en mi auto a la de Belén. Mi celular comenzó a sonar, “despertándome” un poco de las cosas que planeaba hacer en mi mente.

- Hola amor – Fue lo primero que oí al contestar, ¿Justo ella tenia que llamarme? Y más aún ¿En este momento?

- Hola preciosa, ¿Cómo estás? – respondí desganado. No era que no quería hablar con Alba, solo que no sé, últimamente ambos nos habíamos alejado un poco, más yo que ella, pero las cosas estaban bien de esa manera, o al menos eso creía.

- Muy bien, esta noche nos vemos ¿no? – Soltó una risita logrando que su pequeña pregunta sonara más a una afirmación y no a una duda. Yo me quedé en silencio un momento, seguramente iba a ir. Maldito Bill – Pensé.

- Ehmm si, creo que si – Le respondí algo incomodo, realmente esta noche no quería verla y menos sabiendo el interés que comenzaba a sentir por Belén.

- ¿Cómo que crees? Hace días que no nos vemos, te olvidaste completamente de mí – reclamó ella en tono triste, hizo que me sintiera mal.

- Discúlpame Alba – dije simplemente, un poco frio en mi opinión, casi nunca usaba ese modo para hablar con ella, ahora lo hacia inconscientemente.

- No importa, de todos modos nos vemos en un rato – susurró lo último y yo solo puse los ojos en blanco para luego concentrarme en el camino nuevamente.

- Tengo que colgar – dije rápidamente, repito, jamás era así con ella.

- Vale – me respondió y colgó ella luego de decirme que me amaba.

De acuerdo y mi pregunta era, ¿yo a quien mierda amaba? Definitivamente el amor hacia otra persona que no fuese mi hermano o mi madre o alguno de mis amigos, no existía para mi, las relaciones de ese tipo me hacían sentir atado a alguien y además de eso, siempre se termina sufriendo por esa mierda llamada amor, así que... ¿Qué hacia yo pensando en algo así? ¿Acaso pensaba en la posibilidad de ..? – Stop Tom, me dije a mi mismo en ese momento, ya me estaba imaginando cualquier cosa, definitivamente enamorarme era algo que nunca iba a sucederme, así que no tenia de que preocuparme y menos a mis 18 años, con mi belleza y con las linduras que había por ahí. Pero de nuevo ahí, en mi mente, estaba Belén, su carita dulce y expresión triste se aparecía frente a mí por momento acelerando mi corazón y asustándome a veces, puesto que no sabía porque me estaba pasando aquello.

Aparqué mi auto en la puerta de su casa, hice sonar la bocina un par de veces y abrí la puerta del auto para que ella subiera. En cuanto la vi literalmente me quedé sin aliento, eso no era algo que me pasaba todos los días, y si me llegaba a pasar, como se estaba dando en ese momento, pensaría que estaba enfermo o algo así.

Me relamí los labios y comencé a jugar con mi piercing un poco nervioso antes de saludarla, cuando eso pasó solo le sonreí y me acerqué a darle un pequeño beso en la comisura de los labios, sabia que eso le encantaba a cualquier chica, por un momento Belén me miró espantada pero luego cambió la cara y simplemente se concentró en el camino. Eso me daba a entender que ella, al igual que yo, quería algo conmigo.

- ¿Cómo estás? – me preguntó ella en un susurro sonando totalmente tierna, yo simplemente sonreí al escucharla.

- Muy bien, ahora que te veo – puse mi mejor tono seductor ante ella, como adoraba hacer aquello, también porque sabía que seguramente a ella le gustaba. Rocé levemente con la palma de mi mano su rodilla, al principio parecía asustada, luego tomó mi mano y la corrió de allí, yo reí.

- Me alegro – Dijo entre dientes algo incómoda – Creo que eso es darte demasiada confianza ¿no te parece? – giró su rostro un momento para mirarme y luego siguió con su vista en la ventanilla.

- Pero, no parecías demasiado desconfiada cuando me besaste, ayer – le recordé mientras comenzaba a jugar nuevamente con mi piercing, estábamos muy cerca de llegar. Pensé que me respondería pero solo se quedó en silencio, tal vez sin saber que decirme – Ya llegamos – le informé mientras me desabrochaba el cinturón de seguridad y bajaba del vehículo desde mi lado para abrir su puerta y que ella hiciera lo mismo, ni yo me creía tan caballero como lo estaba siendo en ese momento.

Entramos al lugar, bastante lleno de gente por cierto y lo primero que hice fue acercarme a ella y avisarle en un susurro que debía ir a buscar a mi hermano, pronto llegué donde estaba Bill y me miró algo molesto.

- ¡Al fin llegas! – exclamó con cierto tono de enojo y algo exagerado desde mi punto de vista.

- ¿Cuál es el problema hermano? – le pregunté tranquilamente, eso lo ponía más nervioso pero me daba igual.

- ¿Cómo que cuál es el problema? Vamos a tocar en 15 minutos y tienes que hacer la prueba de sonido frente a todos para que las cosas salgan bien y ni siquiera te permutas cuando te hablo – elevó el tono de su voz, haciendo que varios de los que estaban allí cerca nuestro se voltearan a vernos.

- ¿Podrías .. bajar el volumen? – le pedí amablemente acercándome un poco hacia donde el se encontraba y quitando la guitarra de su respectiva funda. El sólo me miró molesto y bufó.

- Chicos, en 10 minutos salen – Andreas se acercó a mi y apoyo su mano en mi hombro a modo de saludo y me tendió su mano sonriendo.

- ¿Hay chicas lindas no? – levanté las cejas varias veces y relamí mis labios esperando la respuesta de Andy con una sonrisa pícara mientras conectaba la guitarra a uno de los amplificadores.

- Siempre pensando en mujeres – soltó mi hermano despectivamente sin levantar su vista del papel que estaba leyendo.

- Vos tendrías que hacer lo mismo Bill, no entiendo como no te cansas de estar con solo una - lo miré confundido y volví mi vista a lo que estaba haciendo.

- Cállate Tom – fue lo ultimo que me dijo antes de subir al escenario, sabia que las cosas podían salir mal y más con Bill estando molesto conmigo.

Tocamos un par de temas, me concentré en buscar con la mirada a Belén y a la vez seguir a Bill con la guitarra y no olvidar las notas, las canciones no tenían demasiados ensayos pero logramos que aún así fueran tocadas sin problemas.

- ¡Fue Genial! – le dije a Bill una vez que nos fuimos del escenario.

- Si ¿no? .. pero para la próxima debe salir perfecto – me dijo y así como había hablado, sin decir nada se fue de allí, seguramente con su novia. Odiaba que se molestara tanto conmigo y se comportara tan idiota y cursi por depender de una chica y estar “enamorado”, que suerte que el Kaulitz fallado era el, no quería terminar siendo como Bill.

Guardé mi guitarra en su lugar y me dispuse a llevarla a mi auto para dejarla allí, no quería tener problemas luego olvidándola allí y eso, así que en cuanto salí y me crucé con Belén la tomé de la mano e hice que viniera conmigo.

- Felicitaciones, estuviste bastante bien – comentó ella mientras yo abría la puerta de atrás del auto y dejaba la guitarra allí.

- Oh, ¿y eso a que se debe? ¿No era que no te gustaría escucharme? – le pregunté con cierto aire de superioridad y me acerqué a ella mientras le sonreía pícaramente.

- Bueno, supongo que… mi opinión cambió – admitió un poco ¿nerviosa? Si, ella definitivamente lo estaba, era obvio, cómo alguien como yo no iba a intimidar a una chica ¿no?

- Ya veo – moví mi piercing lentamente mientras me apoyaba en el auto y la acercaba a mi lentamente por su cintura, pude notar como se sonrojaba al tenerme así. Le di un pequeño beso en los labios, no quería que las cosas se nos fueran de control y eso era algo realmente más que extraño en mi, me maldije internamente en cuanto volvíamos adentro y mi mente se puso a divagar pensando en las cosas que estarían pasando en ese momento de no haber sido porque solo le di un beso.

Al ingresar al lugar llevé a Belén a la barra junto conmigo, yo comenzaba a tener sed y lo mejor era llevarla a tomar algo. Al caminar por entre medio de toda la gente que estaba en el lugar no vi a Alba pasar por mi lado, ella obviamente si me había visto a mí. Me detuve dejando a Belén delante mío cuando sentí unas manos acariciar mi espalda, me giré y ahí estaba ella.

- ¡Tom! – dijo ella en un gran abrazo y al mismo tiempo se colgó de mi cuello y sin agregar nada más ni perder el tiempo, me beso.

No pude separarme de ella, la tomé por un momento de la cintura y profundicé un poco más aquel beso, aunque hubiera jurado que ese beso ya no me satisfacía como antes. En ese momento solo rogaba porque Belén no se haya girado a ver donde estaba, de seguro lo había hecho y en ese momento reaccioné y me separé de Alba, logrando que ella me mirara absolutamente confundida. Me fui tras Belén sin prestarle atención a Alba, aunque sabía perfectamente que la había re cagado como el mejor. En este momento no me daba la cara para hablarle y mucho menos darle explicaciones o atreverme a pedirle perdón.

Cuando llegué a donde ella estaba, ignoró mi presencia y se fue con otra chica mientras salían del lugar. Mi hermano me paró en seco cuando quise seguirlas a ambas, el estaba con Aly a su lado y dos chicos más, uno algo excedido de peso, que por cierto se veía gracioso y otro de pelo lacio, ambos rubios.

- Tom... ellos son Gustav y Georg – señalo a ambos a modo de presentación - Chicos, el es mi hermano gemelo Tom – les dijo a ellos haciendo que me sonrieran. Mi cara de culo en ese momento asustaba a cualquiera, eso explicaría el porque de que su sonrisa no haya durado más de dos segundos.

- ¿Y ellos quienes son? – lo miré a Bill aun sin entender, tampoco me interesaba demasiado una presentación más extensa de la que habíamos tenido hace unos segundos atrás.

- Ellos, buscan una banda, tocan teclados, pero si queremos pueden ser nuestros baterista y bajista respectivamente.

- Ahh miren ustedes, interesante – respondí algo enojado y en tono sarcástico – si me disculpan – me despedí de ellos dirigiéndome hacia la puerta sin prestarles más atención de la que se merecían conmigo. Oí un ¿siempre es así? Proveniente del chico gordo y rubio, y a él ¿que mierda le importaba como diablos era? Caminé hasta llegar a la puerta y ya no estaba, salí afuera y mucho menos estaba allí. Me maldije internamente y fui a la barra a pedir un vaso de cerveza. Odiaba esto, ¿Por qué la había cagado de esa forma?, me pregunté a mi mismo y apareció ella de nuevo. Rolé los ojos y bebí un trago bastante contundente de mi vaso, ignorándola.

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