jueves, 23 de septiembre de 2010

(Cap 5)



Narra Belén


A pocos metros de llegar al salón, Tom se ubico rápidamente a mi lado y tomó mi mano cuando entramos, aun había algunos lugares libres por lo que en cuanto yo me senté, el hizo lo mismo a mi lado.

You are like a bitter pill that I had to take.. Against my will.


Cantó Tom en voz baja, aunque por su tono de voz y la cercanía que había entre nosotros dos, se oía claramente.
- ¿Estas preparada para mañana? – Me preguntó acercando un poco su rostro hacia el mío. Sus ojos miel me atrapaban y negarse a lo que el pidiera era difícil.
- Si, después de todo es solo una salida .. contigo – hice una mueca de decepción y miré hacia otro lado.
- Si, solo conmigo – sonrió levemente jugando con el piercing de su labio, eso lo hacia jodidamente mil veces más sexy de lo que era – Además tendrás el privilegio de oírme y verme tocar – me guiñó un ojo.
- ¡Que interesante! – exclamé con un tono sarcástico.
- De hecho lo es, que no muestres interés precisamente en este momento no quiere decir que no te guste luego.
- Wouu que sorprendes, cuanta confianza en si mismo, chico “cool” – remarqué las comillas en el aire y lo miré mal, no me gustaba que fuese así.
- Soy un chico sumamente cool – me sonrió nuevamente, sentía que me estaba cargando, pero comprendí que “lamentablemente” era así.
Dejé de hablarle en cuanto la profesora ingresó en el curso e intenté como la ultima vez, concentrarme inútilmente, dado que se podría decir que comenzaba a interesarme en mi compañero, por razones que aun desconocía, nunca me había atraído un chico con su personalidad, no solo por el hecho de que jamás había conocido a alguien así, sino también por la situación en la que me encontraba, además de que por el momento no consideraba como prioridad comenzar a fijarme en algún chico con quien estar.
La clase transcurrió larga y aburrida, seria habitual que fuese así, solo esperaba que llegara la especie de “diversión” cuando comenzara las clases de canto, foniatría y expresión corporal, que para mi suerte compartía con él.
No quería comenzar a sentirme atraída por él, mucho menos me creía dispuesta a “enamorarme”.
- ¿Nos vamos? – Me preguntó logrando sacarme de todos mis pensamientos solo al oír su voz. Vi como tomaba mi bolso. ¿Acaso pretendía que me fuera con él?
- ¿Nos vamos? – repetí su pregunta torpemente confundida haciendo que el soltara una risotada que hasta casi me hace reír a mi. Permanecí un poco seria.
- Si, te llevo con mi auto hasta tu casa, ¿te parece? – miré hacia el piso algo perdida, ¿que me sucedía hoy?, el acarició mi mejilla y me tomó del mentón haciendo que lo mirara y con su brazo me acerco a él lo más que pudo – ¿Que dices? – susurró cerca de mis labios casi rozándolos, mi corazón latía aceleradamente y mis mejillas estaban algo rojas seguramente.
- De acuerdo, gracias – sonreí a medias y lo que vino después de eso, realmente para ser completamente razonable, despierta y mucho más sincera, no me lo esperaba. Posó sus labios carnosos sobre los míos, se sentían tan delicados ante el movimiento necesario para besar los míos que no quería que por ningún motivo se separara de mi. Apoyó su mano más firmemente sobre mi cintura y la acarició salvajemente, mientras incrementaba la intensidad del beso poco a poco haciendo que mi lengua y la suya se masajearan en una especie de batalla por ver quien devoraba más la boca del otro.
En ese momento oímos claramente como alguien aclaraba su garganta cerca nuestro y si, ahí estaba, esa maldita vieja que llegaba a cagarnos el momento, pero a decir verdad fue un alivio que haya sido de esa forma, porque por como iban dándose las cosas ese beso no iba a terminar bien si continuaba por unos minutos más. Nos separamos mirándola avergonzados y ella simplemente nos lanzó una mirada envenenada y se marchó de allí. Ya no quedaba nadie allí por lo que salimos nosotros dos también, no me anima a hablarle, solo sonreí y mantuve mi cabeza gacha hasta llegar a su auto.
Me abrió la puerta y espero a que me sentara para entregarme mi bolso y sonreírme tiernamente. Hizo lo mismo con el y en cuanto estuvimos listos dentro del auto lo puso en marcha, prendió su reproductor y se escuchó esa rara música por todo el auto. Ambos nos miramos de reojo durante todo el viaje sin decir nada, le indiqué donde era mi casa y a los pocos minutos llegamos.
- Te veo mañana bonita – susurró y se acercó hacia mi lado abriendo la puerta desde adentro, dejándome anonadada.
- Belén – le dije yo con voz cansada, de hecho lo estaba y mucho.
- Ok, nos vemos mañana, Belu – me susurró al oído y antes de bajarme me dio un pequeño beso en la comisura de los labios. En cuanto pisé la puerta de mi casa y me giré para abrir la puerta luego de despedirme con la mano de él, no pude evitar que una sonrisa picara de felicidad se escapara de mi en ese momento.


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(Cap 4)


Narra Belén.

I don't want to be a soldier with the captain of some sinking ship with snow, far below so if you love me.. Why'd you let me go? I took my love down to violet hill there we sat in snow all that time she was silent still. So if you love me won't you let me know? …

Me dejé caer en el sillón de la sala de estar, concentrada en la letra de la canción y en mis pesados parpados. Dormité en esa posición por un momento, soñé con algo levemente nítido pero no recordaba con certeza de que se trataba.
Me estiré lo más que pude manteniendo aún mis ojos cerrados, igualmente de aquella manera, ese rostro no se iba de mi mente, mucho menos su sonrisa. Hice un mohín y finalmente me incorporé de allí para asustarme luego con el timbre aturdidor de mi celular, supuse que eso le haría peor al dolor de cabeza que comenzaba a hacerse sentir.


Música --- 2.30hs

Según esa alarma, me quedaba solo media hora para arreglarme mínimamente, lavar mi cara y tomar mis cosas para llegar a tomar a tiempo mi clase. Lo vería de nuevo, pensé internamente y por una razón que claramente aún desconocía sonreí estúpidamente y me quedé mirando a la nada por un momento.

Estaba llegando al conservatorio cuando mi celular comenzó a sonar, ¿quién era?

- ¿Hola? – fue lo primero que dije luego de llevar el auricular a mi oreja.
- Hola Bonita – dijo él, lo más seductoramente que pudo, haciéndome sonreír de nuevo- ¿Vendrás a clase no?
- Si – le respondí en un susurro sin poder fingir al menos un poco de frialdad en mi voz, recordé un pequeño detalle que no podía dejar pasar por alto – ¿Como conseguiste mi celular? – le pregunté como con miedo de su respuesta.
- Estaba en la lista de los alumnos, junto a los números importantes para localizar a cada uno, solo me tomé el atrevimiento de anotar el tuyo, no te molesta ¿cierto? – ¿Qué si me molestaba? En realidad me parecía un chico que además de guapo era inteligente, pero aun no me cuadraba un poco esa mente suya como para fijarse justo en alguien como yo, tan vacía.
- Ah .. De acuerdo, estoy llegando, nos vemos en .. – en ese momento estaba entrando al lugar y me choqué nuevamente con alguien que salía apresurado - ¿Por qué no te fijas por donde vas? – le pregunté levantando una ceja y en el peor tono de voz que podía llegar a tener, aún tenia mi teléfono en la mano.
- Ohh cuanta violencia – me dijo el chico levantando las manos, yo simplemente lo miré algo borde, era Tom, solo alguien medio idiota como él tenia la inteligente y despierta idea de salir como lo había hecho, sabiendo que yo iba a entrar.
- Si si – le dije algo molesta – ¿Que parte de ‘estoy llegando’ es la que no entendiste? – lo miré como inspeccionándolo y fruncí un poco el ceño, su cara me daba algo de risa, pero no me reiría, no por ahora al menos.
- Perdón – se encogió de hombros e hizo un gesto con las manos – solo quería salir a esperarte, o sea temía que te pierdas – Ok, esta vez si solté una risa, pero a modo de sarcasmo.
- Aay, muchas gracias por preocuparte por mi, tengo un GPS personal – exageré mi expresión y llevé mis manos hacia mis mejillas a modo de sorpresa. Él solo me saco la lengua y sonrió, cosa que me pareció sumamente tierna.
- Bueno, que tal si dejamos de .. contarnos chistes y entramos de una vez – me dijo tomando mi cintura suavemente y atrayéndome un poco hacia el, el aliento que acompaño sus ultimas palabra chocó contra mi rostro haciéndome estremecer. ¿Debía separarme de el, o permanecer un momento más así?, no me iba a quedar mucho más tiempo analizando la situación, aunque una parte de mi me decía que debía hacer eso mismo, su mano traviesa comenzaba a querer jugar por debajo de mi remera y ese contacto no se sentía para nada mal.
- Ehh – que demonios? No me salían las palabras – Si – le respondí y mi voz sonó algo apagada, el solo soltó una risita por lo bajo y lo separé de mi para dirigirme al salón.


Cap Corto, mañana les prometo más :)
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martes, 21 de septiembre de 2010

(Cap 3)



Narra Tom

¿Tom, en que lio te has metido? Fue la primera pregunta que azotó por un momento mi cabeza, simplemente había tenido la amabilidad de invitar a aquella solitaria chica a salir a tomar algo conmigo, todo un privilegio ¿no?

Me sobé la nuca recordando que también tenía novia, aunque no estaba demasiado seguro respecto de si éramos precisamente eso. Alba. Ella era una chica maravillosa, muy agradable conmigo, simpática, mi chica ideal, eso sin descontar las noches de placer que pasábamos cada que la tenia en mi cama. Solo me tomaría esta salida como una forma de despejarme de todo, estar con ella no traería grandes consecuencias, solo era mi compañera de clases y tendría que verla la mayoría del tiempo por lo que debía intentar no sobrepasarme con ella de ningún modo. Había algo de su personalidad que sin duda me había atrapado, no era con las demás chicas con las que había andado, era diferente incluso se podría decir que me hacia sentir inferior a ella con solo mirarme o tratarme de cierta manera, esa actitud ruda que estaba tomando conmigo me fascinaba, sin dudas era todo un reto pero sabia que no demoraría mucho en caer a mis pies, como sucedía con la mayoría.

Tomé mi guitarra y una libreta que tenia cerca, comencé a anotar un par de notas sueltas sobre la partitura, simplemente ponía las primeras que se me venían a la mente sin darle demasiada importancia. Las toqué intentando que sonaran armoniosamente, seguramente el que escuchara aquello pensaría que es un desastre, hasta yo mismo lo pensaba pero que va, estaba haciendo lo que me gustaba y estaba... pensando en una chica, ¿Yo? ¿Pensando en una chica? Esto era demasiado imposible, no pensaba en UNA chica hace siglos, en cambio, pensaba en las cosas morbosas que podía practicar con la primera que encontrara por allí, pues mi cuerpo no parecía querer conformarse simplemente con mi novia.

- Tom, ¿Puedo pasar? – tocaron la puerta de mi habitación y claramente la voz proveniente desde fuera era la de Bill, mi gemelo.

- Si, pasa – le respondí aun concentrado en lo mío.

- ¿Estas componiendo? – me miro entre extrañado y a punto de reír, yo solo levanté una ceja esperando que eso le sirviera de afirmación y continuara hablando - Lamento tener que molestarte – esta vez si soltó una risita.

- ¿Qué mierda quieres Bill? – lo miré algo molesto, no entendía por que demonios se reía de mi, hacíamos música juntos ¿no era así?

- Tranquilo – hizo un gesto con las manos y suspiró – solo quería saber si no has olvidado lo del sábado.

- ¿Qué sucede el sábado? – lo miré sin entender.

- Es la noche de micrófono abierto, ¿recuerdas? – ¡Cierto!, Andreas nuestro mejor amigo nos había invitado al bar de su padre todas las semanas, diferentes días para pruebas de sonido y hablar de las idioteces que se nos cruzaban en el momento, hasta que al fin una bendita idea calló del “cielo” y nos propuso que tocásemos cuando quisiésemos, cosa que no me resultaba mal en lo absoluto, tocar la guitarra era lo mío y ¿por qué no hacerlo frente a todas las personas que iban allí?, pero había algo más el sábado gran problema, la salida con Belén, yo mismo me sorprendía de seguir recordando su nombre aún.

- Ehm si – le respondí mirando hacia otro lado, casi como fingiendo que era idiota - ¿Tenemos que ir?

- Por supuesto que si, y puedes decirle a Alba que te acompañe – me ofreció con una sonrisa en tono un tanto persuasiva al mismo tiempo que se sentaba a mi lado y tomaba mi libreta curiosamente para inspeccionar lo que había hecho.

- Ni loco – negué con la cabeza rápidamente – Ehmm digo, no, no creo que le interese estar allí – le quité rápidamente la libreta de las manos y la oculté debajo de mi almohada.

- Hey! Era bueno – ladeo la cabeza hacia un lado mirándome un tanto confundido, yo me maldije internamente por lo dicho anteriormente – ¿Estas bien? – me preguntó con tono de preocupación.

- Si Bill, no tengo fiebre, aún camino y no me falta el aire, ¿feliz? – sonreí un poco molesto de que me mirara de aquella manera, sabia que le estaba ocultando algo, pero por más que no era la gran cosa, no se iba a enterar de eso ahora.

- Me das miedo Tom, estás raro – me miró un tanto serio esta vez, me ponía nervioso que hiciera eso, pero respiré hondo y miré mi guitarra un momento.

- Bill de verdad, no te crees ideas en esa mente retorcida que tienes, no me van tus clases de psicología eh – toqué unos cuantos acordes sin prestarle la más mínima atención.

- Ok, pero si querés hablar ya sabes que estoy, golpeas mi puerta, me decís “boludo abrí” y tu hermanito va a estar para vos – rió con lo ultimo provocando que en conjunto con lo que había comentado antes riera yo también.

- Gracias – hice voz de gay y lo acompañé hasta en mi semblante. Reímos nuevamente.

- Me voy Tom, supongo que voy a estar un tiempo en casa de Aly, a menos que me necesites – ciertas palabras en esa oración para mi estaban de más.

- Nooooo – negué rotundamente – Por mi quédate el tiempo que quieras allí eh, sin problemas bro – solté una risa y estiré las piernas acomodando mi gran pantalón – y dale saludos a Alba de mi parte – agregué guiñando un ojo, Bill volvió a mirarme raro de nuevo.

- Eh.. De acuerdo – cerró la puerta por detrás de él antes de abandonar mi habitación y devolverme la paz que antes tenia .. aunque sabia que esa paz, al fin tenia nombre.


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(Cap 2)

Rescue me or let me free from you





Me sonrió creídamente y corrió un mechón de pelo que se me había soltado desde detrás de la oreja. Lo miré atontada sin darme cuenta de que la profesora me estaba hablando a mí.




- ¿Señorita Frazioni? – la voz de la profesora hizo eco en todo el salón haciendo que todos llevaran la vista al motivo de su llamado, como sea .. todos me estaban mirando, me encogí de hombros y la miré - ¿Podría dejar de hablar con el señor .. – hizo una pausa y miró por un momento la lista de sus alumnos – Kaulitz? Sus compañeros al igual que debería estar haciendo usted, necesitan prestar atención a la clase. Me limité a agachar la cabeza, entendía absolutamente todas las idioteces que estaban en esa pizarra, solo que ella no lo sabía y al parecer los demás tampoco, incluido mi compañero Tom, quien parecía dirigir su mirada atento a lo que ella iba anotando y así el realizaba los apuntes correspondientes. Me quedé mirándolo de reojo por un momento hasta que se percató de aquello y me sonrió, yo, avergonzada corrí la mirada de allí e intenté concentrarme en eso que explicaba pero ya me era imposible.

Fueron unos cuantos minutos más soportando la clase cuando por fin pudimos levantarnos para ir hacia la salida, extrañamente cuando llegué a la puerta me tomaron del brazo y me jalaron desde adentro suavemente.

- ¿Qué pasa? – Me volteé a ver quien era y “sorprendentemente” me encontré con sus ojos, woou si que eran lindos.

- Disculpa – me susurró al oído logrando que mi corazón se detenga y al retomar su marcha se acelere, wtf? Él no tenía nada extremadamente interesante como para que yo reaccione así, es más, ni siquiera conocía lo suficiente acerca de él como para saberlo.

- Emmm... ¿Qué quieres? – ¿Belén de donde sacas ese carácter?, me sorprendes – me dije a mi misma tras esa especie de “rudeza” al hablar nueva en mi.

- Solo quería preguntarte… – de acuerdo, o estaba nervioso, o era un retrasado mental, no podía tardarse horas en hablar a alguien, no como lo estaba haciendo ahora.

- ¿Qué? – levanté una ceja mientras lo miraba casi menospreciándolo, me sentía la peor persona del mundo pero de alguna manera, su forma de ser sacaba lo peor de mi y repito, ni siquiera lo conocía.

- Si quieres tomar algo conmigo… esta noche? – lo dijo en un tono “seductor” que al principio creo que hizo que me sonrojara levemente para luego cambiar la expresión, no tenia ganas de salir y mucho menos con él, había algo de él que no me gustaba, no estaba segura de que se trataba pero no era íntegramente de mi agrado por más que me dejara sin aliento con esos ojos, con todo él en su totalidad.

- No puedo – negué simplemente – Tengo que trabajar y en esta semana no tengo tiempo - Cuando le dije eso, su expresión volvió a notarse pensativa, al parecer analizando cual seria el momento perfecto para convencerme de salir con él nuevamente.

- ¿Y qué te parece si salimos el sábado? – Bueno, ese día si que no tenia absolutamente nada que hacer, no me costaba nada decirle que si, pero a la vez no lo veía como algo obligatorio, interesante o necesario, no me llamaba demasiado la atención, bueno, de hecho si, solo que no quería parecer una loca desesperada.

- De acuerdo – Oh que genia! Me había rendido como una gran boba, una idiota, un ingenua, el parecía del tipo de chico genial, cool y amigable, en cambio yo… era temerosa, desconfiada, introvertida, todo lo contrario a él.

- Perfecto – me sonrió y no tuve más que hacer lo mismo que él e intentar poner mi mejor cara, ¿en que lio me había metido? O peor, ¿que mierda estaba haciendo al aceptar salir con un chico?, ¿y con que chico?, ahh si, el más guapo y simpático, ¡por dios! todos los pensamientos que estaba teniendo en ese momento me hacían ser una pervertida hecha y derecha. Me lamenté un momento por aquello pero sin embargo me despedí de él con un simple gesto y me alejé hacia la puerta chocándome con un chico en mi inútil intento de querer escapar del otro. Este me tendió la mano cuando yo terminé de juntar las cosas que torpemente había dejado caer.

- Gracias – susurré al rozar su mano.

- Por nada linda – me sonrió mientras levantaba su mano en forma de saludo a alguien que estaba detrás mío – Tom! – gritó.

- Bill! – no .. caperucita roja y la abuelita nene, puse los ojos en blanco y vi como al parecer “Bill” me guiñaba un ojo y se marchaba a saludar a Tom.

Perfecto, ya hasta había tenido mi primer contacto con uno de sus amigos, ¿y ahora que seguía? ¿Cruzarme con su madre y que me diga nuera?.. Ok, ya estaba hiperventilando y exagerando de maneras tridimensionales, puse los ojos en blanco y ahora si sin más salí del conservatorio y me dirigí a la parada del autobús. Eso del viaje a casa sentada allí, me daba tiempo para pensar en que haría el sábado, que palabras diría, nunca me había gustado planear nada, pero .. no estaba acostumbrada a que los chicos me hablaran o quisieran salir conmigo, todo esto obviamente luego del accidente, antes si era alguien normal. Bostecé y miré mi reloj, las 16:45, tenia bastante tiempo para llegar, ducharme beber algo caliente e ir a cumplir con mi aburrido trabajo de todos los días.

Apenas llegué a mi casa me crucé a Julia, volvía de la casa de su novio Georg y realmente se veía feliz de haber pasado todo ese tiempo con él. Se acercó a saludarme con un beso en la mejilla y su habitual sonrisa alegre. Yo continué sin mostrar expresión hasta que entramos en mi casa y hablé.

- Necesito que me ayudes – torcí la expresión algo incomoda.

- ¿En qué? – me preguntó acercándose más a mi y sonriendo.

- Tengo… planes para el sábado - susurré al mismo tiempo que me cubría el rostro con uno de los almohadones del sillón.

- ¿Con quien?.. Contame absolutamente TODO – remarcó las ultimas palabras con un tono que daba realmente miedo y me sacó el almohadón de la cara para convencerme también con la mirada de que comenzara a hablar cuanto antes, y cuando era “todo” me exigía hasta los más mínimos detalles. Me encogí de hombros y suspiré.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Nuevo Fic ♥

Rescue me or let me free from you (Cap 1)




Mi vida ya no era la misma, ahora si podía decirse que me valía lo mismo que nada, ya de por si me sentía algo insignificante pero sin el, hasta las risas sin sentido se habían esfumado, sin ellos mis tardes en casa se hacen solitarias y... grises.

Me acurruqué un poco más en mi cama intentando a la vez escaparme de los recuerdos y de las lagrimas que pretendían sacarme el sueño, y así... como solía hacer todas las noches, una vez más intenté dormirme. Soñé con ellos de nuevo, últimamente lo hacia bastante seguido, pensaba en ellos casi a la par de respirar o parpadear, eran mis latidos de cada día, aunque ellos ya no estaban para decirme que me molestara en dejar funcionar a mi corazón herido.

El accidente había sucedido hace unos 7 meses atrás, se llevó la vida de mi hermano y mis padres. Realmente me estaba costando más de lo que creía recuperarme de aquello, mi mejor amiga, Julia, era una de las pocas cosas buenas que esta vida no me había arrebatado, me costaba creer a veces que solo por el hecho de ser mi amiga se preocupaba por mi, ya que por parte de mi familia .. se habían borrado del mapa como quien dice.

Ella era menor que yo por apenas unos cuantos meses, yo 18 y ella 17 pero, no era la gran diferencia y mucho menos lo más importante, sino lo era su calidad como persona, la tenia como a una hermana, una madre, un tesoro.

El año anterior había sido mi ultimo año en el colegio, por lo que la abandonaba en esos momentos también, ya que ella estaba en un grado menor al mío y le faltaba para terminar la secundaria, mis planes ahora eran continuar con una carrera decente pero además no quería abandonar mi “sueño” de hacer música. Por lo que opté estudiar por la mañana, hacer las clases de música por la tarde y trabajar de telefonista por la noche, una vida muy aburrida sin dudas, por que prácticamente no tenia vida, exceptuando los fines de semana, en los que tampoco salía puesto que aún no había podido rehacer mi vida por completo, ciertas situaciones me revolucionaron un poco y era un hecho que hayan cambiado mi manera de ver las cosas.

15.00hs

Mi segunda clase de música, aún seguíamos con las cosas boludas, como saber que era una corchea, una semi corchea, una negra o una blanca.

Me había acomodado en uno de los acientos más cercanos a la pizarra donde la profesora ya había puesto la “difícil” melodía del día.

- ¿Puedo sentarme? – su voz me distrajo de todos mis pensamientos, haciéndome sentir extraña, lo observé algo temerosa, no me gustaba demasiado hablar con los demás.

- Emm .. claro – le respondí simplemente asintiendo con mi cabeza mientras tomaba mi bolso para sacar mi lapicera, los apuntes y las partituras.

La clase ya había comenzado, el salón estaba repleto, los que no obtuvieron lugares, debían sentarse en el suelo. Sonreí internamente debido a la especie de suerte que tenia de estar comodamente sentada, esa era una de las cosas que a veces odiaba de mi, creerme algo que en el fondo sabia que por nada del mundo era, superior a los otros. Garabeteé unas cuantas tonterías en mi cuaderno, como mi nombre signos que se me ocurrían, cualquier cosa era bienvenida para matar mi aburrimiento.

- Disculpa, ¿Cómo te llamas? – su voz de nuevo me sacó de todo en lo que estaba inmersa, que le importaba saber aquello?, si me vió interesante era todo lo contrario a eso.

- Belén y vos? – le respondí sin mirarlo e intentando seguir concentrada en lo que hacia.

- Tom – puso su mano frente a mi agitándola para que le prestara atención – es un placer conocerte – con eso termino de matarme, era un hecho: su voz me encantaba.

- Igualmente – le respondi como quien no quiere la cosa estrechando su mano y sonriendo levemente mientras le prestaba atención a sus fracciones. Me gustaban sus ojos y ese piercing definitivamente le quedaba bien. Tenia un look bastante llamativo que a mi parecer lo hacían destacarse del resto de los músicos engreídos que generalmente iban a ese lugar, llevaba trenzas negras y expanciones en sus orejas, ropa varios talles más de la adecuada para su contextura delgada, su piel era clara y a simple vista se veía suave .. mierda, ¿Qué demonios hacia yo pensando toda esa basura sobre este idiota que ni conocía?, ok, ni yo sabia la respuesta a aquello.

- Y dime .. ¿por que estas estudiando música? – eh, ¿por qué será tonto? Me pregunté en mi mente y me contuve por no reirme en su cara.

- Porque me gusta cantar, supongo – ahora si me reí, no pude evitarlo y se sintió algo raro hacerlo con el, prácticamente un extraño para mi – ¿y vos? – le pregunté aun con una sonrisa en el rostro mientras el de alguna manera me “inspeccionaba” hasta quizá preguntándose de que me había reido.

- Toco la guitarra hace un tiempo y decidí que creo que es hora de aprender profesionalmente – me sonrió creídamente y corrió un mechón de pelo que se me había soltado desde detrás de la oreja. Lo miré atontada sin darme cuenta de que la profesora me estaba hablando a mi.