
Mi vida ya no era la misma, ahora si podía decirse que me valía lo mismo que nada, ya de por si me sentía algo insignificante pero sin el, hasta las risas sin sentido se habían esfumado, sin ellos mis tardes en casa se hacen solitarias y... grises.
Me acurruqué un poco más en mi cama intentando a la vez escaparme de los recuerdos y de las lagrimas que pretendían sacarme el sueño, y así... como solía hacer todas las noches, una vez más intenté dormirme. Soñé con ellos de nuevo, últimamente lo hacia bastante seguido, pensaba en ellos casi a la par de respirar o parpadear, eran mis latidos de cada día, aunque ellos ya no estaban para decirme que me molestara en dejar funcionar a mi corazón herido.
El accidente había sucedido hace unos 7 meses atrás, se llevó la vida de mi hermano y mis padres. Realmente me estaba costando más de lo que creía recuperarme de aquello, mi mejor amiga, Julia, era una de las pocas cosas buenas que esta vida no me había arrebatado, me costaba creer a veces que solo por el hecho de ser mi amiga se preocupaba por mi, ya que por parte de mi familia .. se habían borrado del mapa como quien dice.
Ella era menor que yo por apenas unos cuantos meses, yo 18 y ella 17 pero, no era la gran diferencia y mucho menos lo más importante, sino lo era su calidad como persona, la tenia como a una hermana, una madre, un tesoro.
El año anterior había sido mi ultimo año en el colegio, por lo que la abandonaba en esos momentos también, ya que ella estaba en un grado menor al mío y le faltaba para terminar la secundaria, mis planes ahora eran continuar con una carrera decente pero además no quería abandonar mi “sueño” de hacer música. Por lo que opté estudiar por la mañana, hacer las clases de música por la tarde y trabajar de telefonista por la noche, una vida muy aburrida sin dudas, por que prácticamente no tenia vida, exceptuando los fines de semana, en los que tampoco salía puesto que aún no había podido rehacer mi vida por completo, ciertas situaciones me revolucionaron un poco y era un hecho que hayan cambiado mi manera de ver las cosas.
15.00hs
Mi segunda clase de música, aún seguíamos con las cosas boludas, como saber que era una corchea, una semi corchea, una negra o una blanca.
Me había acomodado en uno de los acientos más cercanos a la pizarra donde la profesora ya había puesto la “difícil” melodía del día.
- ¿Puedo sentarme? – su voz me distrajo de todos mis pensamientos, haciéndome sentir extraña, lo observé algo temerosa, no me gustaba demasiado hablar con los demás.
- Emm .. claro – le respondí simplemente asintiendo con mi cabeza mientras tomaba mi bolso para sacar mi lapicera, los apuntes y las partituras.
La clase ya había comenzado, el salón estaba repleto, los que no obtuvieron lugares, debían sentarse en el suelo. Sonreí internamente debido a la especie de suerte que tenia de estar comodamente sentada, esa era una de las cosas que a veces odiaba de mi, creerme algo que en el fondo sabia que por nada del mundo era, superior a los otros. Garabeteé unas cuantas tonterías en mi cuaderno, como mi nombre signos que se me ocurrían, cualquier cosa era bienvenida para matar mi aburrimiento.
- Disculpa, ¿Cómo te llamas? – su voz de nuevo me sacó de todo en lo que estaba inmersa, que le importaba saber aquello?, si me vió interesante era todo lo contrario a eso.
- Belén y vos? – le respondí sin mirarlo e intentando seguir concentrada en lo que hacia.
- Tom – puso su mano frente a mi agitándola para que le prestara atención – es un placer conocerte – con eso termino de matarme, era un hecho: su voz me encantaba.
- Igualmente – le respondi como quien no quiere la cosa estrechando su mano y sonriendo levemente mientras le prestaba atención a sus fracciones. Me gustaban sus ojos y ese piercing definitivamente le quedaba bien. Tenia un look bastante llamativo que a mi parecer lo hacían destacarse del resto de los músicos engreídos que generalmente iban a ese lugar, llevaba trenzas negras y expanciones en sus orejas, ropa varios talles más de la adecuada para su contextura delgada, su piel era clara y a simple vista se veía suave .. mierda, ¿Qué demonios hacia yo pensando toda esa basura sobre este idiota que ni conocía?, ok, ni yo sabia la respuesta a aquello.
- Y dime .. ¿por que estas estudiando música? – eh, ¿por qué será tonto? Me pregunté en mi mente y me contuve por no reirme en su cara.
- Porque me gusta cantar, supongo – ahora si me reí, no pude evitarlo y se sintió algo raro hacerlo con el, prácticamente un extraño para mi – ¿y vos? – le pregunté aun con una sonrisa en el rostro mientras el de alguna manera me “inspeccionaba” hasta quizá preguntándose de que me había reido.
- Toco la guitarra hace un tiempo y decidí que creo que es hora de aprender profesionalmente – me sonrió creídamente y corrió un mechón de pelo que se me había soltado desde detrás de la oreja. Lo miré atontada sin darme cuenta de que la profesora me estaba hablando a mi.
hermosoooo marie!!
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