martes, 21 de septiembre de 2010

(Cap 2)

Rescue me or let me free from you





Me sonrió creídamente y corrió un mechón de pelo que se me había soltado desde detrás de la oreja. Lo miré atontada sin darme cuenta de que la profesora me estaba hablando a mí.




- ¿Señorita Frazioni? – la voz de la profesora hizo eco en todo el salón haciendo que todos llevaran la vista al motivo de su llamado, como sea .. todos me estaban mirando, me encogí de hombros y la miré - ¿Podría dejar de hablar con el señor .. – hizo una pausa y miró por un momento la lista de sus alumnos – Kaulitz? Sus compañeros al igual que debería estar haciendo usted, necesitan prestar atención a la clase. Me limité a agachar la cabeza, entendía absolutamente todas las idioteces que estaban en esa pizarra, solo que ella no lo sabía y al parecer los demás tampoco, incluido mi compañero Tom, quien parecía dirigir su mirada atento a lo que ella iba anotando y así el realizaba los apuntes correspondientes. Me quedé mirándolo de reojo por un momento hasta que se percató de aquello y me sonrió, yo, avergonzada corrí la mirada de allí e intenté concentrarme en eso que explicaba pero ya me era imposible.

Fueron unos cuantos minutos más soportando la clase cuando por fin pudimos levantarnos para ir hacia la salida, extrañamente cuando llegué a la puerta me tomaron del brazo y me jalaron desde adentro suavemente.

- ¿Qué pasa? – Me volteé a ver quien era y “sorprendentemente” me encontré con sus ojos, woou si que eran lindos.

- Disculpa – me susurró al oído logrando que mi corazón se detenga y al retomar su marcha se acelere, wtf? Él no tenía nada extremadamente interesante como para que yo reaccione así, es más, ni siquiera conocía lo suficiente acerca de él como para saberlo.

- Emmm... ¿Qué quieres? – ¿Belén de donde sacas ese carácter?, me sorprendes – me dije a mi misma tras esa especie de “rudeza” al hablar nueva en mi.

- Solo quería preguntarte… – de acuerdo, o estaba nervioso, o era un retrasado mental, no podía tardarse horas en hablar a alguien, no como lo estaba haciendo ahora.

- ¿Qué? – levanté una ceja mientras lo miraba casi menospreciándolo, me sentía la peor persona del mundo pero de alguna manera, su forma de ser sacaba lo peor de mi y repito, ni siquiera lo conocía.

- Si quieres tomar algo conmigo… esta noche? – lo dijo en un tono “seductor” que al principio creo que hizo que me sonrojara levemente para luego cambiar la expresión, no tenia ganas de salir y mucho menos con él, había algo de él que no me gustaba, no estaba segura de que se trataba pero no era íntegramente de mi agrado por más que me dejara sin aliento con esos ojos, con todo él en su totalidad.

- No puedo – negué simplemente – Tengo que trabajar y en esta semana no tengo tiempo - Cuando le dije eso, su expresión volvió a notarse pensativa, al parecer analizando cual seria el momento perfecto para convencerme de salir con él nuevamente.

- ¿Y qué te parece si salimos el sábado? – Bueno, ese día si que no tenia absolutamente nada que hacer, no me costaba nada decirle que si, pero a la vez no lo veía como algo obligatorio, interesante o necesario, no me llamaba demasiado la atención, bueno, de hecho si, solo que no quería parecer una loca desesperada.

- De acuerdo – Oh que genia! Me había rendido como una gran boba, una idiota, un ingenua, el parecía del tipo de chico genial, cool y amigable, en cambio yo… era temerosa, desconfiada, introvertida, todo lo contrario a él.

- Perfecto – me sonrió y no tuve más que hacer lo mismo que él e intentar poner mi mejor cara, ¿en que lio me había metido? O peor, ¿que mierda estaba haciendo al aceptar salir con un chico?, ¿y con que chico?, ahh si, el más guapo y simpático, ¡por dios! todos los pensamientos que estaba teniendo en ese momento me hacían ser una pervertida hecha y derecha. Me lamenté un momento por aquello pero sin embargo me despedí de él con un simple gesto y me alejé hacia la puerta chocándome con un chico en mi inútil intento de querer escapar del otro. Este me tendió la mano cuando yo terminé de juntar las cosas que torpemente había dejado caer.

- Gracias – susurré al rozar su mano.

- Por nada linda – me sonrió mientras levantaba su mano en forma de saludo a alguien que estaba detrás mío – Tom! – gritó.

- Bill! – no .. caperucita roja y la abuelita nene, puse los ojos en blanco y vi como al parecer “Bill” me guiñaba un ojo y se marchaba a saludar a Tom.

Perfecto, ya hasta había tenido mi primer contacto con uno de sus amigos, ¿y ahora que seguía? ¿Cruzarme con su madre y que me diga nuera?.. Ok, ya estaba hiperventilando y exagerando de maneras tridimensionales, puse los ojos en blanco y ahora si sin más salí del conservatorio y me dirigí a la parada del autobús. Eso del viaje a casa sentada allí, me daba tiempo para pensar en que haría el sábado, que palabras diría, nunca me había gustado planear nada, pero .. no estaba acostumbrada a que los chicos me hablaran o quisieran salir conmigo, todo esto obviamente luego del accidente, antes si era alguien normal. Bostecé y miré mi reloj, las 16:45, tenia bastante tiempo para llegar, ducharme beber algo caliente e ir a cumplir con mi aburrido trabajo de todos los días.

Apenas llegué a mi casa me crucé a Julia, volvía de la casa de su novio Georg y realmente se veía feliz de haber pasado todo ese tiempo con él. Se acercó a saludarme con un beso en la mejilla y su habitual sonrisa alegre. Yo continué sin mostrar expresión hasta que entramos en mi casa y hablé.

- Necesito que me ayudes – torcí la expresión algo incomoda.

- ¿En qué? – me preguntó acercándose más a mi y sonriendo.

- Tengo… planes para el sábado - susurré al mismo tiempo que me cubría el rostro con uno de los almohadones del sillón.

- ¿Con quien?.. Contame absolutamente TODO – remarcó las ultimas palabras con un tono que daba realmente miedo y me sacó el almohadón de la cara para convencerme también con la mirada de que comenzara a hablar cuanto antes, y cuando era “todo” me exigía hasta los más mínimos detalles. Me encogí de hombros y suspiré.

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